Una Rosa Sobre Una Acera

Una rosa sobre una acera
inmóvil en el tiempo
soportando viento y frio
aguantando aire y tempestad.
Azotes que la golpean sin cesar
y a pesar de su entereza
varios pétalos se le han caído ya.
Y en un día tan triste como este
cuando el tallo se empieza a marchitar
un viento cálido rompe tal frialdad
Dando sensación de bienestar.
Esa alma caritativa
se agacho a recogerla
oliendo el poco aroma que aun desprende
juntándola a su pecho para así protegerla.
La acoge en su lugar más seguro
regándola con lágrimas de ilusión
sonriendo junto a ella
durmiendo los dos al sol.
A veces el destino es caritativo,
a veces el destino es cruel,
a veces sencillamente no sabemos el porqué…
Pero en esta ocasión no ha habido salvadores
ni tampoco salvados.
Tan solo dos caminos que se han cruzado
en un momento, en un lugar
y así han podido ver
que tanto aquella flor necesitaba de su cuidado
como la cuidadora sentir su aroma.

Que felicidad has sentido tan solo con observar, dejar de pensar en ti mismo y ser capaz de agacharte para salvar algo que ya parecía marchito y casi sin aroma que ofrecer…

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